sábado, 5 de abril de 2014

Orgullosa de querer ser maestra.

Para los que piensan que ser docente no es una profesión digna, como ser ingeniero, doctor, abogado...

Me preguntaron en la calle: ¿Qué profesión estudia?
Y yo le contesté educación.
Esa persona, mirándome con extraña expresión en su rostro, se rió y dijo en voz baja: "Qué profesión tan fácil, se la pasan jugando con niños".
Yo, con mi cara bien en alto, le dije con firmeza: "Sí... seré docente... no trabajaré en empresas pero sí en un espacio donde promoveré conocimientos en niños y jóvenes; no discriminaré, porque daré amor a todos por igual; no seré jefa, pero tu hijo me verá como una líder y seré su modelo a seguir; no seré psicóloga, pero podré hacer que tu hijo crea en sí mismo; no seré doctora, pero podré diagnosticar carencias en estos jóvenes; no tendré horario de trabajo, pues mientras tú verás televisión y dormirás, algunas estaremos planificando para que tu hijo tenga el mejor aprendizaje; no seré arquitecta para construir edificios, pero sí construiré sueños y valores; no jugaré con los niños, participaré en la construcción de su aprendizaje; no jugaré con plastilina, moldearé sueños.

Que vivan los docentes. Porque para ser profesionales pasaron por las manos de uno de mis compañeros.
Hay que luchar por esta profesión y demostrar con dignidad que somos excelentes profesionales y que para llegar ser ingeniero, abogado, médico, entre otras profesiones, necesitaron de un docente.

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