miércoles, 2 de septiembre de 2015

Crónica sobre el EEJ 2015 en Ávila, una experiencia única.

Una aventura más en nuestras vidas.


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La muralla se nos quedó pequeña.


Banderas de colores en un mundo medio oscuro. Aparte de pintar corazones, derribamos cualquier muro.


Eran las siete de la mañana del día martes 4 de agosto, y todo el mundo andaba en la explanada de Martiricos nervioso, deseando participar en el Encuentro Europeo de Jóvenes 2015, que se celebraría en Ávila bajo el lema “En tiempos recios, amigos fuertes de Dios”.
Sabíamos que sería una oportunidad para compartir la fe y la comunión con otros jóvenes de España y Europa.
Íbamos con la certeza de conocer a la Santa, a Santa Teresa de Jesús, su figura y su importancia en relación con la Iglesia y la fe. Lo haríamos divididos en grupos y siguiendo una serie de itinerarios, que llevaban los nombres de las obras más significativas de nuestra protagonista: Vida, Moradas y Camino. Por las mañanas tendríamos una formación y por la tarde una dinámica algo más lúdica y libre: actividades para acercarse a la Santa y disfrutar de ella. Por las noches, la música sería la gran protagonista.
Durante cinco días debíamos dar cabida a la reflexión, a la oración, a la comunicación, a la fiesta...
Nos subimos cada uno a nuestro autobús sabiendo que nos quedaban muchas horas en él; horas que se pasarían rápido cantando, durmiendo, viendo películas, escuchando música, conociendo gente...
Tras tres paradas para comer y descansar, llegamos a Salamanca, para organizar nuestros alojamientos; se nos dio la oportunidad de ducharnos, pero algunos preferimos ir a visitar los alrededores de donde nos encontrábamos, pues ya habría tiempo de duchas a la hora de acostarse.

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Salamanca.


Después de la mini-escapada, fue la cena (donde se empezó un juego llamado “el tapón”) y, posteriormente, un gran Adoremus, donde algunos pudimos profundizar un poco más en nuestra fe y donde nos acompañó la que iba a ser nuestra amiga durante todo el viaje: Santa Teresa de Jesús. Al finalizar, hubo tiempo libre antes de ir a dormir, tiempo que algunos aprovecharon para seguir conociendo Salamanca y otros aprovechamos para seguir jugando al “tapón” y poder disfrutar de un helado y unas risas en la Plaza Mayor.


Al día siguiente, después de llevar las maletas al autobús y desayunar, tuvimos una visita guiada a las Catedrales. Y, posteriormente, la salida hacia Alba de Tormes. Allí nos mostraron vídeos, vivencias, experiencias de nuestra Santa. Más tarde, tuvimos la comida: una gran paella para compartir. Cada uno buscó un hueco en aquel lugar rodeado de naturaleza para poder comer con sus compañeros y seguir compartiendo risas y momentos.


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Alba de Tormes.


Tras la reunión de responsables para saber a qué grupo pertenecía cada parroquia o movimiento, llegaba el turno de volver al autobús, pues se acercaba el momento: ¡Nos íbamos a Ávila!
Al llegar allí, nos esperaba una caminata, la cual se nos hizo eterna a más de uno, hasta llegar a nuestro lugar de alojamiento. Después de hacer oficial los grupos formados, nos fuimos, todos juntos, a Lienzo Norte, pues daría comienzo la Inauguración Oficial del Encuentro Europeo de Jóvenes 2015. Este acto central de acogida estuvo a cargo del obispo de Ávila, Mons. Jesús García Burillo, quien nos dio la bienvenida a la que sería nuestra casa durante los próximos días. “El secreto de su vida era... ¡su amistad con Jesucristo!”, nos dijo.
Después de cenar, teníamos a elegir entre dos propuestas: el Musical “Para Vos Nací” o los conciertos de José Miguel Seguido, Toño Casado, Gaby and Company, Jesús Cabello y la Voz del Desierto.


El jueves 6 de agosto, nos levantaron una hora antes con la música a todo volumen, situación que algunos se tomaron mal y otros nos reímos y lo metimos en la maleta de anécdotas que contar.
Después del desayuno, cada grupo siguió el itinerario que tenía asignado (Vida para nosotros). Nuestro grupo, AdB11, estaba compuesto por 24 alumnos: 2 del Movimiento SMV (Fundación Victoria), 11 del Seminario Menor, 3 de la Parroquia de Santa María Goretti y 8 de la Parroquia San Miguel de Antequera; y tres responsables: David Narbona (San Miguel), Manu Otero (Seminario Menor) y Ana Sara Mora (Movimiento SMV).


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AdB11.

Nuestro objetivo era llegar a la Iglesia Santa María de Jesús, junto con nuestra guía y voluntaria María. Allí tuvimos una pequeña oración, que nos introduciría en lo que sería la actividad de la mañana: una enseñanza divertida (diverkalia); cada grupo pasaría por nueve pruebas (o las que diera tiempo), donde en cada una recibirían una fotografía de algún lugar de Ávila que siempre estaría relacionado con Santa Teresa.
Tras terminar la gymkana, cada responsable de grupo tendría una formación-catequesis, donde se vería, en nuestro caso, el acompañamiento de Jesús y su importancia en nuestras vidas. ¿Quién nos acompaña a nosotros? ¿Tenemos un acompañante? ¿Tenemos a alguien con quien hablar sobre nuestras dudas, nuestras experiencias con Jesús...?
Después tendríamos una eucaristía en la Iglesia donde hicimos la oración; aquí, un componente de nuestro grupo quiso pedir por todas las personas que no habían podido asistir al encuentro, pero que estaban en cada uno de nuestros corazones.
Más tarde vendría la comida, que fue un caos. Más de 5000 personas recogiendo la comida en el mismo lugar. La cola, por llamarla de alguna manera, parecía no acabar; había una marea de gente donde todos querían llegar cuanto antes, coger su comida y salir de allí, así que empezaron los mareos, los empujones, los listos que se colaban... hasta que, tras dos horas y media de cola, conseguimos salir y comer. Fue horrible, pero sabíamos que la organización de Ávila se encargaría de solucionarlo para la cena y el resto de días.
Tras una serie de quejas, vimos que no nos daba tiempo a llegar al taller de oración, que había empezado ya; hubiera sido muy bueno y entretenido para los niños, pero mientras terminábamos de comer, buscábamos el lugar y llegábamos, el taller habría terminado. Así que dimos un pequeño tiempo libre y descanso mientras esperábamos a que dieran las seis de la tarde, momento de ir a la Feria de las Vocaciones: allí había una serie de puestos donde cada persona, religiosa, contaba su experiencia y vocación. Pudimos aprender mucho de estos hermanos, pues cada uno se hizo la misma pregunta (“Maestro, ¿dónde vives? Venid y lo veréis”) y encontraron la respuesta, y querían compartirla con cada uno de nosotros, viendo así la variedad y pluralidad de la Iglesia.


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Manu, David y Ana (Responsables de AdB11).


Después de cenar cada uno en nuestros lugares de alojamiento, evitando así el error del almuerzo, hubo un espectáculo de Luz y Sonido en la Muralla: “Teresa ilumina Ávila”, una animación realmente preciosa y que culminaba con miles de aplausos y algunas lágrimas de emoción. Era una máquina del tiempo que nos transportaba a otras épocas y nos invitaba a viajar por España, conociendo las ciudades y conventos que formaron parte de la vida de Teresa. Estuvo dividido en tres partes: génesis de una aventura a lo divino, en salida permanente y al encuentro definitivo; recorriendo así los momentos de la vida de la Santa, desde su retiro en el Convento de la Encarnación hasta su muerte en Alba de Tormes.


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Espectáculo "Teresa ilumina Ávila".


Pero que no acabaría aquí la noche, pues a continuación darían comienzo conciertos de la mano de El Pulpo, Unai Quirós, Nico Montero, Migueli y Rubén de Lis.


Al día siguiente, viernes 7, seguíamos con nuestro itinerario, pero esta vez nos tocaba Moradas. Todo comenzaría en la Parroquia/Iglesia de Santiago, donde tendríamos una oración e introducción a lo que vendría más tarde: la catequesis. Ésta se centraría en los amigos, los colegas, los conocidos, los compañeros... y las diferencias que hay entre cada uno de ellos; y en qué consiste nuestra amistad con Jesús, si es un amigo verdadero o sólo cuando nos conviene.
Después de la comida, teníamos una visita a la Catedral, donde nos echamos unas risas debido a una broma por parte de la única responsable femenina del grupo (AdB11), que insistió a sus alumnos en que buscaran una monja en una de las ventanas de la maqueta de la Catedral que allí se encontraba; tras duras búsquedas, pidieron la ayuda de algunos grupos más que también se encontraban allí, de algunos peregrinos de otros países y ciudades y de incluso algunos turistas que nada tenían que ver con el encuentro. Tras interminables búsquedas y algún que otro enfado, se les avisó que todo formaba parte de una broma y que no había ninguna monja; aunque algunos aún se piensan que sí la hay y lo han buscado hasta en Internet, algunos aún no saben que todo era una broma. Pero realmente, a pesar de esta anécdota, aprendimos mucho sobre este edificio: brindó protección al rey Alfonso XI, se reunieron los Comuneros de Castilla, defendió a Alfonso VII y a Alfonso VIII; más recientemente, acogió la Misa exequial por D. Adolfo Suárez.
Después de la visita, teníamos el taller “Expresarteresa”, pero Antonio, rector del Seminario Menor y nuevo compañero del grupo desde este día, nos consiguió una visita a la casa natal de Santa Teresa y una pequeña charla allí; así que pensamos que esta última opción iba ser algo más enriquecedora para nuestros alumnos. Tras la charla, tuvieron tiempo libre, tiempo que algunos utilizamos en hacer la croqueta por el césped de la Muralla, con mareos incluidos.
Después de cenar, tuvimos la suerte de tener un Festival en la explanada del Lienzo Norte: un toque humorístico de la mano de Santi Rodríguez y un gran concierto por parte del Padre Damián, Merche y Pablo López.


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"El Señor nos dio hermanos".


La mañana del sábado 8 todos nos levantábamos sabiendo que todo estaba llegando a su final, pero que seguiríamos armando lío en lo que quedaba de EEJ.
Esta vez, la Diócesis de Málaga no seguiría el itinerario de la mañana organizado por Ávila, sino que seguiríamos otro. Rezamos el Laudes dentro de una de las salas del Lienzo Norte y, luego, tuvimos una pequeña formación donde los niños debían hablar sobre el encuentro, qué sacaban de él y qué harán para ser amigos fuertes de Dios, cómo pueden ser luz y voz de Jesús en cada una de sus parroquias o movimientos (o incluso en el colegio o familia) y qué propuestas, quejas y actividades se pueden sugerir para seguir creciendo en la comunión diocesana.
Después de hacernos una foto grupal de toda la Diócesis de Málaga en la Muralla, fuimos a la Gymkana programada, donde el premio final era lanzarse en tirolina; aunque no pudimos completarla por falta de tiempo, pues debíamos ir a comer y, tras ello, seguir nuestro itinerario: Camino. Peregrinaríamos a los tres principales lugares que custodian en Ávila la memoria de Santa Teresa, para poder encontrarnos con su espíritu.


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Si la muralla aguantó mil batallas, ¿acaso no aguantará nuestra fe?


Comenzamos en el Convento de San José, donde, tras un pequeño teatro, nos comentaron que fue la primera fundación de la Santa, y que fue allí a vivir con un pequeño grupo de hermanas tras mucha lucha, pues estaba convencida de que era lo que el Señor quería que hiciera. Aquí escribió la mayoría de sus libros e ideó sus Constituciones, modo de vida de las carmelitas descalzas.
Seguíamos nuestro “camino” en el Convento de la Santa, la que fue su casa natal y la que visitamos nuestro grupo el día anterior. Vivió de niña y de adolescente; y actualmente habita un grupo de frailes carmelitas descalzos.
Finalizábamos en el Convento de la Encarnación, construido el mismo día en que Teresa fue bautizada. Fue escogido para consagrarse a Dios porque una amiga suya profesa allí como religiosa. Se puede visitar la celda de la Santa, donde experimentó la gracia de que un ángel le traspasara el corazón dejándolo herido de amor divino. Actualmente, vive allí una comunidad numerosa de carmelitas descalzas.
Tras finalizar el camino, tuvimos una eucaristía; y nos dirigimos a Lienzo Norte a cenar y a tener la Vigilia de oración. Vigilia que emocionó a bastante gente. Lleno de velas y en ambiente de silencio, los más de 5000 peregrinos disfrutamos de una noche tranquila y de oración ante nuestro Señor. Esta Vigilia fue presidida por Mons. Xavier Novell, presidente del Departamento de Juventud de la Conferencia Episcopal Española. Hubo cuatro jóvenes que compartieron su testimonio, momento importante para darnos cuenta de las diferentes vidas de cada uno y de lo que nos parecemos estando cerca de Jesús. Mons. Novell nos insistió a todos en dejarnos amar por Cristo, invitándonos a seguir “enchufados a Él porque mi amor no tiene competidores”. Destacó lo imprescindible que es Dios en nuestras vidas, el cual estuvo presente en todo momento.


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Seamos luz, seamos voz.


El último día, con las emociones a flor de piel, nos despedíamos del que había sido nuestro alojamiento estos días. Fue el día que más temprano nos levantamos y el que más nos costó empezar, no por cansancio, sino porque sabíamos que era cuestión de horas que esta aventura llegara a su fin.
Tras coger el desayuno y llevar las maletas al autobús, cogimos sitio en Lienzo Norte para tener la Oración de la mañana y la Eucaristía de envío más tarde. La eucaristía fue preciosa, llena de experiencias y vivencias, así como momentos para compartir y reflexionar.
Tras esto, cada movimiento o parroquia se dirigió a su autobús para comenzar la vuelta a Málaga. Este trayecto en autobús sería más tranquilo, pues la gente iría pensando más en dormir que en armar jaleo; pero que hubo tiempo para todo, incluso de sortear algunas cosas, una camiseta de voluntario entre ellas.
Al llegar a Málaga, nos recibían nuestras familias con los brazos abiertos, y nosotros con los ojos casi cerrados del sueño y del cansancio, pero en el fondo teníamos una gran sonrisa que tardará en desaparecer de nuestras caras.
Ahora ya sólo nos queda seguir caminando y creciendo en la fe, compartiendo más experiencias y vivencias con quienes nos rodean.


No quiero acabar esta crónica sin antes dar las gracias a todos los que habéis formado parte de este Encuentro, tanto a los que habéis podido venir como a los que no.
Gracias a todos por estos días tan increíbles en Ávila, en Alba de Tormes y en Salamanca; con todo incluido, lo aprendido, las largas caminatas y esperas, los abrazos, las galletas interminables, las noches, las risas, las canciones que hacían hasta lo más cansado más ameno y demuestran una vez más que la música une a las personas.


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Un verdadero encuentro con El Amigo.


Gracias por la oportunidad de haberos conocido, un poquito más a unos y por primera vez a otros.
Gracias por la alegría, por contagiarla, por compartirla y por transmitir vuestra fe en todo momento.
Gracias, por supuesto, a Santa Teresa y a Dios, pues han sido los auténticos organizadores de toda esta aventura. Gracias a la organización del EEJ por haber solucionado los imprevistos y por haber hecho posible que nos lo pasáramos en grande. Gracias, también, a los voluntarios, haciéndonos más fácil toda la locura.
Gracias, obviamente, a la Delegación de Infancia y Juventud de la Diócesis de Málaga (tanto a los que estuvieron con nosotros en el Encuentro como a los que estuvieron presentes en nuestros corazones por no poder asistir a él). Gracias por apostar, una vez más, por nosotros y embarcaros en líos tan grandes como acompañar a más de 500 jóvenes hasta Ávila, con tal de poder encontrarnos con EL AMIGO. Ya lo dijeron: la muralla de Ávila se nos quedó chica. Gracias por seguir sumando experiencias todos juntos una vez más.


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En tiempo recios, amigos fuertes de Dios.


Gracias a Manu Otero y David Narbona, ha sido un placer haberos conocido y haber compartido este encuentro. Gracias por compartir risas, caminos, croquetas en el césped de la muralla, charlas, comidas, conversaciones, experiencias y, sobre todo, confianza y sonrisas. Gracias por haberlo hecho todo más fácil. Gracias por ser y por estar.
Gracias a Paloma Rosa y Agustín Ortega (Poe), por haberme insistido y animado tanto a venir al encuentro. No me arrepiento de haberles hecho caso.


Fueron unos días maravillosos y los grandes ausentes estuvisteis presentes en la luz que Cristo encendió en nosotros. Ahora nos toca recoger los frutos del Encuentro, que serán grandes y numerosos.


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AdB11 disfrutando de una gymkana.


Después del EEJ viene la reflexión sobre lo vivido durante esos días y necesitábamos darnos un tiempo para asimilarlo todo, puesto que ha sido una inundación inmensa de sensaciones; hay tanto vivido que es imprescindible reposarlo, sin olvidarlo. Ahora es tiempo de sacar las conclusiones de todo, empezando por los mensajes que nos iba dejando la Santa.


La Diócesis de Málaga ha sido un gran grupo porque ha cantado, han hecho lo que han querido, han reído, han llorado, han recorrido toda Ávila, han dormido en el suelo, han hecho fotos, se han caído (pero siempre levantándose), se han perdido (pero siempre encontrando el camino), han inventado canciones, han bailado, se han quedado roncos, se han llevado recuerdos (tanto materiales como en la memoria) para casa, han pasado hambre y viceversa, han repartido abrazos y sonrisas, se han derretido del calor por las mañanas y muerto de frío por las noches... Hemos hecho únicamente, lo que sabemos hacer: ¡Armar lío!


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Sólo Dios basta.


Una vez más es Dios quien nos da una lección de sabiduría y nos demuestra que el hombre propone y Dios dispone. Y sabemos que esto es algo más que una experiencia, sabemos que esos días no se olvidarán fácilmente.


Nuestra amistad con Dios es cada vez más fuerte, pues cada vez somos más conscientes de que somos felices a su lado y que sólo él es capaz de reunir a más de 5000 personas e iluminar sus caras.


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Selfie AdB11


Y, siguiendo los pasos que nos llevan a ÉL... ¡Seguimos caminando!


El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres. (Sal 125, 3).

Ana Sara Mora Díaz, responsable Movimiento SMV (Fundación Victoria).