domingo, 31 de agosto de 2014

La música.

La música llega adonde no pudieron llegar las palabras... tiene poder para alegrar, entristecer, exaltar o abatir el alma, y todo lo hace porque llega, en todos los sentidos, a las emociones, contacto por dentro con esa fibra sensible que tenemos.

Se ha dicho que sin música la vida sería un error, esto lo dijo Friedrich Nietzsche, claro que es, pues, una exageración... Como todo arte nos muestra la belleza que puede estar presenta a nuestro alrededor, en este caso, en los sonidos. Realmente la música nos hace la vida diferente cuando la escuchamos, cuando rompe con el silencio para transportarnos a esa parte de nosotros mismos de la que a veces ni siquiera nos percatamos, tenemos por dentro un alma, un espíritu que se mueve, que respira, que vive o muere cada día...

Creo que no todo lo que escuchamos como música responde a este sustantivo, al menos al que se refiere a una música bien lograda. La música tiene forma, estructura, ritmo, sentido, tiene como mínimo cierta armonía y definitivamente comunica un mensaje, eso no debe obviarse.
La música transmite un mensaje como intenta hacerlo la palabra, pero la música puede ser más contundente, más profunda en su calar.
La música puede edificar, sensibilizar, instruir, mostrar, llevarnos incluso a lugares insospechados del entendimiento, de los sentimientos y de los sentidos, sin movernos de lugar..., sin palabras, y puede hacerlo porque de alguna forma es un don, una dádiva por decirlo así. En palabras del filósofo Platón: "La música es el impulso del sonido para llegar al alma y educarla en la virtud (...) La música es una ley moral. Confiere alma al universo, alas a la mente e impulso a la imaginación, es un amuleto contra la tristeza y lo vivifica todo".

Pero lo que más me interesa de la música es esa capacidad de descubrir inquietudes que estaban escondidas, sentimientos o emociones que no pueden de pronto traducirse en palabras y que están allí... uno puede sentir que es un cóndor, bailando con el viento al escuchar el Cóndor Pasa de Paul Mauriat...

Y es así como la música nos arrastra... En este punto se puede entender lo cuestionable del mensaje que transmiten ciertos géneros, mensajes muchas veces de destrucción que se manifiestan incluso en los conciertos de Rock pesado por ejemplo, para mencionar el género más comentado en este sentido. Se critica a los intérpretes de estos géneros, sus estilos de vida, y yo me pregunto si son ellos directamente los que toman estas iniciativas o son arrastrados por lo que por dentro de ellos genera este tipo de música.
En este sentido, recuerdo aquellas marchas que se dice se utilizaban para infundir temor a los adversarios antes de una batalla, en la guerra... hasta para esto sirve la música.

La música, no así otras artes, puede traspasar la limitación que puede tener cualquiera que la escucha para comprenderla, para sentirla... son ríos que pueden nadarse, espacios que pueden volarse al dejarla sonar... así de contundente es ella... es, valga la comparación, como una droga, ninguno está protegido contra sus efectos.
La música no tiene aquella limitación por la cual debe tratar de ser comprendida, empezar a escucharla es empezar a sentirla.
La música no necesita un "receptor", ella invade el espacio al sonar, no necesita traductores, lo mismo que me transmite a mí puede transmitirlo a alguna persona en la China, o en Perú, sólo por decir un ejemplo. Según Magdalena Martínez: "La música es el arte más directo, entra por el oído y va al corazón". Cabe aclarar que sólo me estoy refiriendo a la música, no a las canciones, que por lo demás pueden estar en consonancia con la música o no.
Es el caso de la canción que fue escrita por Armando Robles Godoy, para darle una letra con más lírica que la anterior a la música del Cóndor Pasa, para tratar de expresar con palabras lo que esa melodía transmite, sensación de libertad...
El caso contrario es el de Beethoven, quien compuso la novena sinfonía para tratar de darle música al poema "Oda a la Alegría" de Friedrich von Schiller; y de gran manera sobrepasó las expectativas, pues... ¿quién no se llena de emoción escuchando esta pieza magistral?
Así tenemos a Mozart, un genio considerado en su tiempo como creador de "música popular", y quién diría hoy que es música popular. Compuso "Estrellita" a la tierna edad de 5 años, esta es una de las que más me gustan junto con la Marcha Turca...

Es así pues, que no queda duda, que el mensaje de la música no tiene fronteras ni barreras idiomáticas, o límite alguno, es sencillamente universal.

Como dice León Gieco: "La música es una cosa amplia, sin límites, sin fronteras, sin banderas".
¿Cómo no amar la música?

viernes, 29 de agosto de 2014

Si supiera...

Si supiera que esta fuera la última vez que te vea salir por la puerta te daría un abrazo, un beso y te llamaría de nuevo para darte más.
Si supiera que esta fuera la última vez que voy a oír tu voz grabaría cada una de tus palabras para poder oírlas una y otra vez indefinidamente.
Si supiera que estos son los últimos minutos que te veo diría "te quiero" y no asumiría, tontamente, que ya lo sabes.
Siempre hay un mañana y la vida nos da otra oportunidad para hacer las cosas bien, pero por si me equivoco y hoy es todo lo que nos queda, me gustaría decirte cuánto te quiero, que nunca te olvidaré.

lunes, 25 de agosto de 2014

Es cosa de arquitectura imaginaria.

No existe ese maravilloso botón de pausa del que todos hablan. No puedo decidir parar las cosas cuando a mí me da la gana. Puedo tomármelo con calma, pensarlo y analizarlo, pero el mando a distancia universal sólo es para la televisión.
No puedo evitar darle vueltas a mis sueños de esta noche en mi cabeza, ni dejar de pensar en el "¿y si hubiera hecho otra cosa en ese momento?". Muchas veces al día se me pasa por la mente la idea de abandonar y empezar de nuevo, pero ese ya es un truco que he utilizado demasiado.
Puedo inventarme personajes, vidas, sentimientos, puedo intentar que parezcan reales, para creérmelos y que se los crean. Los cuentos de hadas, con ponis, unicornios, purpurina y florecitas son geniales, pero vivir todo el tiempo en ellos es completamente imposible.
Sólo quiero dormir, soñar algo nuevo, y despertarme sabiendo responder por lo menos a una de mis preguntas. Porque yo sola no me siento capaz.
Hay días en los que casi no me tengo en pie. Y, sinceramente, no sé si podré aguantar también el peso de tu bienestar sobre mí. No sé si juntos podremos. Por ahora, me queda creer en ello.

domingo, 10 de agosto de 2014

Riesgo.

Reír es correr el riesgo de parecer tonto...
Llorar es correr el riesgo de parecer sentimental...
Abrirse a los demás es correr el riesgo de involucrarse...
Expresar los sentimientos es correr el riesgo de mostrar tu propio ser...
Decir nuestras ideas es correr el riesgo de perderlas para siempre...
Amar es correr el riesgo de no ser amado...
Vivir es correr el riesgo de morir...
Aspirar es correr el riesgo de desesperar...
Intentar es correr el riesgo de fracasar...

Pero los riesgos se deben correr... porque el riesgo más grande en la vida... es NO arriesgar...

La persona que NO arriesga nada...
no tiene nada...
no logra nada...
nunca es nada...

Pueden evitarse sufrimientos y dolores... pero no habrá nada que aprender...
ni que sentir...
ni que cambiar...
ni que crecer...
ni que amar siquiera...
ni que vivir...

Solamente la persona que se arriesga, puede ser libre.

lunes, 4 de agosto de 2014

Un abrazo.

La duración media de un abrazo entre dos personas es de 3 segundos... ¡Pero los investigadores han descubierto algo fantástico! Cuando un abrazo dura 20 segundos, se produce un efecto terapéutico sobre el cuerpo y la mente.

La razón es que un abrazo sincero produce una hormona llamada "oxitocina", también conocida como la hormona del amor.
Esta sustancia tiene muchos beneficios para nuestra salud física y mental, que nos ayuda, entre otras cosas, a relajarnos, a sentirnos seguros y a calmar nuestros temores y la ansiedad.

Este maravilloso tranquilizante se ofrece de forma gratuita cada vez que tomamos a una persona en nuestros brazos, que acunamos a un niño, que acariciamos un perro o un gato, que bailamos con nuestro compañero/a que se mantiene muy cerca o alguien que simplemente pone sus manos sobre los hombros de un amigo/a.

Hoy en día, tener a alguien en nuestros brazos durante 20 segundos, es el regalo que usted puede hacerse y hacer a los demás.

viernes, 1 de agosto de 2014

Whatsapp y sus gentes.

A continuación, en "especímenes humanos", los integrantes de los grupos de whatsapp (WA):

1.- El creador del grupo que le da un nombre patético y nos introduce en el infierno. Es quien primero quiere irse pero aguanta por joder.

2.- El que abre la veda saliendo el primero. Nuestro héroe. Cuando él huye, a los que sufrimos con los grupos, nos falta tiempo para ir detrás.

3.- En todos los grupos de WA hay una persona que los confunde con google: "¿Qué tiempo hará mañana?", "¿En qué cae Semana Santa este año?"...

4.- El intermitente. Es el que está siempre entrando y saliendo del grupo. Y a quien el creador odia muy fuerte porque es quien ha de meterlo.

5.- Los sufridores son esos que están pero que nunca dicen nada. Entraron para pasar unas fotos y, no se sabe por qué, siguen ahí. Soportando.

6.- Los amigos de fiesta que sólo responden a los mensajes de grupo en los que se hable de salir. Los huelen. Salen como de la nada.

7.- Los que amenazan con que se van a salir porque "sois muy pesados y me gastáis la batería". Los que serán más criticados cuando lo hagan.

8.- Los cansinos que mandan todas las imágenes estúpidas que encuentran en internet. Dejaron de hacer gracia cuando aún no existía WA. Que son los mismos cansinos que después te mandan esas cadenas ("si no lo envías, te mueres mañana" y otras pocas más...) que NO sirven para nada.

9.- El ignorado. Siempre hay alguien cuyos mensajes son ignorados por el resto en plena conversación o se produce el silencio cuando habla.

10.- Por último, estás tú. El que sabe cuándo hablar, el que manda fotos guays, el que no molestESTÁS EN UNO DE LOS ANTERIORES. SEGURO.