lunes, 27 de abril de 2015

Criadas y señoras.


Acabo de terminar de ver la película titulada "Criadas y señoras" y, sinceramente, me ha hecho pensar mucho.
Me indigno con el racismo de aquel entonces. Pero, ¿qué pasa en la actualidad? Que sigue habiendo racismo, no tan cruel como en aquella época, pero sigue habiendo. El otro día, sin ir más lejos, una señora iba cruzando la acera y un coche se saltó el semáforo, al ver que el conductor era de color (y digo de color porque no me gusta nada utilizar el término negro para referirme a una persona), gritó: "Negro tenía que ser, si es que estamos rodeados". ¿Qué pasa? ¿Que si lo hace una persona "negra" está mal y si lo hace un "blanco" no? ¿Es que solamente son capaces de hacerla los de color?
Al poco tiempo, experimenté otra situación: un niño de color ayudó a un hombre mayor a cruzar la calle; pero... nadie dijo nada, nadie dijo: "negro tenía que ser".
¿Por qué sólo miramos lo malo de las personas de color y no nos fijamos en lo bueno?
En algunas ocasiones, me avergüenza ser blanca.

En la película, están a plenos años sesenta, que son esos que muchos dicen "oh, qué años tan buenos", pero que también fueron una auténtica explosión de horribles sucesos en EE.UU., entre ellos, el odio racial que acampaba a sus anchas por todo el país.
Las criadas son negras, porque ese es su sitio, el estar escalones muy debajo de la raza blanca, la dueña del mundo. Pero son esas mismas mujeres negras las que cuidan y crían a los niños blancos, a quienes sus madres paren pero parecen olvidar enseguida. Mientras las familias negras se buscan la vida desesperadamente en una sociedad que los expulsa, los vejan y humillan por su color y raza, los blancos viven su vida con tranquilidad, porque así es como el mundo se ha hecho.
Mucha gente criticó que la película era "maniquea" porque presentaba a los blancos como muy malos y a los negros como muy buenos. Estoy totalmente en desacuerdo con esta opinión tan simple. El motivo es que, la realidad era tal cual. En la película "Criadas y señoras" no se están inventando nada nuevo. Los blancos, los amos de sus criados, y en todos los ámbitos de su vida, allá por esos años y aún hoy en día, se sentían superiores a sus vecinos negros. Según ellos, eran superiores por ser blancos. Sé que es difícil que una mente abierta, que no ha tenido ni un solo problema en su vida ni ha estado cerca del racismo alguna vez, crea que esto no es ficción, pero los blancos retratados en la película son un reflejo de la realidad.
A pesar de todo, en la película hay blancos de buen corazón, que les da igual el color de la gente. Así que de maniquea no tiene nada.

Habréis notado que la película mezcla humor y drama, y esto es así. No es la primera vez que alguien me rechaza una película maravillosa solamente por no ser 100% dramática o 100% comedia. Es como si estos géneros no pudieran estar juntos, como si fuera un "error" del director ocurrírsele unirlos. Pues para mí, la tragicomedia es uno de los mejores géneros que existen. La comedia es tierna, divertida, pero sin chistes estúpidos o fuera de lugar. Y el drama es profundo, no superficial, sino de esos que se encuentra escondido entre capas y capas de sonrisas falsas que utilizamos para protegernos del exterior.



Criadas y Señoras está a la altura de las circunstancias. Nos muestra un terrible pasado que no dista de nuestro terrible presente, pues el racismo sigue existiendo y todavía queda mucho que luchar. Todavía necesitamos de estas películas, que nos hagan reflexionar y que muestren lo absurdo del odio racial, del odio en general hacia las personas diferentes a nosotros.
Películas como estas me hacen creer en el cine, en la magia de la actuación, de Hollywood y de todo lo que eso conlleva.

Con la película, había momentos en los que tenía impotencia, rabia... de ver cómo eran tratadas las personas de color y que nadie hacía nada al respecto. Denigrante es que se traten así a ciertas personas tan sólo por el color de su piel. Denigrante es la miseria social, la estupidez, la maldad... de la raza blanca. Aunque sí que había "blancos buenos", la mayoría mostraba su odio continuamente.
No puedo entender la capacidad del ser humano para hacer daño con saña. Me asusta pensar que tantos blancos hayan podido vivir tranquilamente sometiendo y humillando a otras personas por el color de su piel, o siendo cómplices con su indiferencia.
Vuelvo a repetir: A veces me avergüenzo de ser blanca.

Y para terminar, sólo tengo una cosa más que añadir: "Tú eres buena, tú eres lista, tú eres importante".

domingo, 19 de abril de 2015

Lo que somos.

Somos lo que somos en gran medida por aquello que están a nuestro lado. Aquellos que de una u otra forma nos van moldeando. Y es un asunto sobre el cual no pensamos o nos damos cuenta. Creemos que somos algo por nosotros mismo y olvidamos los desvelos de una madre, las críticas de un padre que aunque toscas son como una lija que trata de pulir esas partes mal trechas que tenemos. Es en la edad adulta cuando uno aprende la importancia de aquellas palabras tan repetidas, y que quizá por la forma en que eran dichas eran rechazadas. No todos tienen la misma sutileza para decir las cosas. Ni todos la nobleza para aceptarlas.
Luego son las amistades quienes se acercan y van también colaborando en múltiples formas a ser lo que somos. Nos ayudó desde el maestro que con insistencia procuraba que aprendiéramos ese algo que nos daba, ese compañero herido que reclamó por alguna falta cometida, y son ellos los que seguían con esa lija en la mano, puliendo la piedra tosca que se duele al quitarle esas partes rústicas.
Después será el compañero o compañera de vida quien seguirá cada día tratando de lijar más la piedra, luego un hijo quizás... Pero, en fin, son los otros los que nos muestran una realidad que no podemos mirar en el espejo, nadie se ha visto a sí mismo en verdad como lo ve otro.
Es bueno aceptar de vez en cuando esa lija que busca pulir, ese amigo, amiga, padre, madre, pareja, hijo. Aun sin saberlo terminamos siendo lo que somos en gran parte gracias a ellos.
Son otros los que nos van moldeando, nos van puliendo no sólo con lijas también con la delicadeza de una palmada en la espalda, una sonrisa, una mirada, unas palabras de preocupación, unas palabras de aliento, un silencioso aquí estoy para ti.
Cuánto hay que dar gracias cada día por todo lo recibido desde la infancia, quizá es poco lo que retribuimos si nos damos cuenta.

viernes, 17 de abril de 2015

La paz... ¿A la fuerza?

La paz a ultranza es tiranía, ¿o no? Me refiero al hecho de querer mantener la paz a fuerza de golpes.
Ganchi defendía la paz, la practicaba. No sometiendo a nadie, sino practicándola él. Él mantenía su forma de pensar, de sentir, y para mantenerla fue objeto de mucho maltrato. Sin embargo, no respondía con agresiones ni violencia.
Su lucha fue muy dura porque mantener tu forma de pensar sin doblegarte, y sin responder a ninguna agresión pone en evidencia la agresividad del otro. Pero esto no ocurre así si se responde a la agresión con más agresión. Este último caso es el origen de una guerra. Yo no creo en la guerra. Como no creo en la violencia.
Amigos, creo en el derecho al libre pensamiento, eso sí. El derecho a la vida. El derecho a la expresión. El derecho a la manifestación, que es consecuencia de la expresión.
Sin embargo, a veces no todos piensan igual y eso es parte de la libertad. A veces algunos lanzan una piedra. ¿Pero eso justifica un disparo? Claro que no.
Debería estar garantizada la vida de los chicos, de los jóvenes que en todo tiempo han sido esa caja de resonancia de un país, de una sociedad.
Ese motor que nos da fuerza para creer, cuando los vemos marchando y gritando sus dolores, sus quejas, sus sueños. No se responde con un arma a un joven que sueña...
Se me rompe el corazón cada vez que pienso en esto.
Es cierto que la paz a ultranza es tiranía, no se puede pretender mantener la paz a la fuerza. Y ponerse una mordaza cuando están sangrando, o ponerle una mordaza al que está terriblemente herido. ¿Acaso tiene lógica, tiene sentido mantener la paz a la fuerza?
No estoy hablando de salir a tirar piedras, estoy hablando que no se puede calmar al que grita a fuerza de golpes. De eso estoy hablando.
Los extremos nunca son buenos.
Tampoco se puede exigir el silencio al que quiere gritar. Esto es parte de la libertad de cada uno.
Pero si se toma ese camino y se lideran estos grupos al menos, los líderes deberían ser consecuentes y dar la cara. Esto me molesta, cuando los "líderes" lanzan la piedra y luego se esconden. Me molesta tanto...
No es posible que incluso algunas señoras digan que es necesaria la violencia y algunas muertes, ¡por favor...! ¿A qué lugar tan oscuro hemos llegado? Ningún joven, ningún ser humano debe morir por las pretensiones de otros. Cuando se está de acuerdo con la violencia ya se ha perdido todo. No hay camino posible. Lo que se logra con violencia no lo quiero. No lo quiero. Así sea la libertad. ¿Acaso nuestra libertad debe ser lograda por la muerte de seres humano? ¿Qué es esto?
La paz a la fuerza es una mentira.
Por favor, reflexionemos. Simplemente, pensemos un poco.

lunes, 13 de abril de 2015

Sonrisa mía.

Una sonrisa tuya hacía sonreír mi corazón,
una sonrisa tuya era capaz de acallar mi dolor,
era una de mis alas para volar alto,
una sonrisa tuya, aquella que anhelé tanto...

Era la planta que regaba con mis manos
con la delicadeza del que sabe que es tan frágil,
esperando que floreciera una vez más la belleza,
culminación de la espera...

Pero hay flores que aparecen una vez y luego no vuelven,
son líneas planas sin subidas ni bajadas...

El recuerdo es una llama que ilumina las oscuras veredas,
veredas de la espera,
en las que se encuentran espejos que reflejan los deseos,
reflejos de un ansia que tan solo vive adentro.

Pero el rejo sigue adelante el tiempo, no se da la vuelta...

Si pudiera regresar a ese estado inicial,
de asombro en el que se cree descubrir a otro,
en una sonrisa que parece recrear un todo.

Una sonrisa que no es suya, sino mía.
Sonrisa mía...

¿Acaso son pozos sin fondo?
Pues va regando con gotas interminables una tierra que se muestra seca...
Se va convirtiendo en lluvia...
y es un manantial que ya no espera la flor... solo el retoño.